
Hace unas semanas, fui invitada por una amiga a inscribirme en una página de “amigos”; apunté la dirección y muy feliz y contenta, pensando en las muchas amistades que haría por otro conoducto, sin tomar las debidas precauciones de indagar de lo que se trataba, me registré sin más ni más.
Comencé por elaborar mi perfil. Subí una foto mía, y para mi sorpresa, tan pronto me conecté, comenzaron a caer las peticiones, invitaciones al chat, y al calce de la página, un desfile interminable de visitantes en un foto/show que variaba desde las “normales” hasta las exhibicionistas, entre ellas un tipo en trusa y otro desnudo de la cintura para abajo, con una notoria erección, y… ¡¡¡eran fotos reales!!!!..De inmediato envié una mensaje urgente a una dirección sobre “ayuda” adonde pregunté cómo podía sacar esas fotos de ¡MI PÁGINA!! pues no me agradaban. No soy cuadrada ni persignada, me considero ser una mujer de amplio criterio, y a mi edad, la verdad pocas cosas me sorprenden ya, pero muchas como estas no dejan de sembrar en mí una enorme inquietud.
A los dos días, encontré una opción para poder eliminar a los visitantes indeseados, así que mi tarea diaria era estar borrando fotografías; la gran mayoría, del mismo estilo y solamente eran hombres.
Permanecí poco más de una semana, pues con mi manía de querer escribir todo, me nació la idea de elaborar un artículo sobre las facilidades con que cualquier persona, (incluso un menor) puede ingresar a una página de “amigos” sin pensar en los riesgos...