De los que solicitaban ser aceptados por mí para ser parte de “mis amigos” había hombres de distintas nacionalidades, y comenzaron a llegarme sus “mensajes” que por supuesto no entendí, pero fue mejor; una interminable y fastidiosa retahíla de postales de mujeres desnudas, parejas en plena acción, etc... ¡ah!!! tambíen una infinidad de "besitos y abracitos" y videos de canciones que al abrir mi página parecía que había mensajes satánicos (diría mi tía monja), pues todos sonaban al mismo tiempo. Me fui a ver los comentarios que me habían dejado y... ¡ZAS!... Que me quedo patidifusa…¡calificaciones de mi fotografía! ¿? ¡SÍII, ASÍ COMO LO LEEN!! Como si yo hubiera ingresado ahí ¡¡para ofrecerme al mejor postor!!
Uno, admiró mis ojos y mi boca y me puso 10, otro me puso también 10 agregando lo guapa que soy (bueno, eso es algo evidente =) así que lo agradecí en mi interior con marcada timidez)…¡CLARO QUE NOOO, JAJA!!! Y otro, que no pasaba de los veinte años, con abierto cinismo dejó dicho: “Hola, hermosa, me gustan las mujeres maduras” y me puso otro 10. Ya mi curiosidad de mujer había llegado al tope, y con este último no aguanté más, así que me fui a visitar "su página" y...OTRO ¡ZAS!...me engalillé tosiendo hasta por las orejas, provocando que mi marido y mi hija corrieran a ver qué me sucedía y comenzaron a darme golpecitos y golpezotes en la espalda para hacerme respirar de nuevo...EL "PENDEJO" SE EXHIBÍA EN SU PÁGINA TOTALMENTE DESNUDOOO…Yo no podía salir de mi asombro, ¿DE QUÉ RAYOS SE TRATABA TODO ESTO??? además en su lista de "amigos" tenía fotos de mujeres solamente, por supuesto que "maduras" en poses sugestivas o de plano algunas, enseñando "sus miserias"... y ¡¡entre tanto vejestorio, pretendía ese mocoso exibirme a mí!!!; en fin, todo esto, amén de fotos tomadas de la "webcam", de jovencitas que no creo pasaran de los 14 añitos, completamente desnudas sobre su cama; el chico ya tenía bien armado su harem virtual y no quiero ni imaginar siquiera lo que sucede por ahí, creo que es más que obvio.
***
Por fin, al día siguiente, para no mostrarme tan obtusa y mojigata, acepté “charlar” con un Argentino de treinta y tantos años, al que luego de negarme y negarme y el tipo de insistir e insistir que él era un caballero, le di mi msn. De inmediato se conectó y comenzamos a platicar.
—Hola —saludé.
—Hola, bienvenida —dijo él enviándome un emoticono con una rosa y confirmando su nombre.
—Yo soy María a secas —le dije agregando los típicos “jajas”.
—Jaja, eres hermosa, quiero conocerte, ¿puedo?
—Bueno, pues por aquí nos vamos conociendo —le señalé pa' pronto—, he tenido desagradables experiencias por estos conductos y aunque tú me asegures que eres un caballero, perdona, pero así me dijeron los otros tres —mentía por supuesto., pero con algo tenía que defenderme—. Si tú quieres tener paciencia y permitirme conocerte un poco más, entonces ya veremos ¿te parece???
—Ok, está bien…¿quieres verme tú? —Preguntó insistente, tragué saliva—. Así me conoces, soy respetuoso (lo típico).
—Mmm…en serio que a veces no entiendo por qué el afán de proponer algo que está fuera de mis objetivos o enseñarme cosas que no pido me sean mostradas, pero está bien, deja verte —le dije con la curiosidad y el miedo a flor de piel, a punto de salirme roña...
—Hola —saludé.
—Hola, bienvenida —dijo él enviándome un emoticono con una rosa y confirmando su nombre.
—Yo soy María a secas —le dije agregando los típicos “jajas”.
—Jaja, eres hermosa, quiero conocerte, ¿puedo?
—Bueno, pues por aquí nos vamos conociendo —le señalé pa' pronto—, he tenido desagradables experiencias por estos conductos y aunque tú me asegures que eres un caballero, perdona, pero así me dijeron los otros tres —mentía por supuesto., pero con algo tenía que defenderme—. Si tú quieres tener paciencia y permitirme conocerte un poco más, entonces ya veremos ¿te parece???
—Ok, está bien…¿quieres verme tú? —Preguntó insistente, tragué saliva—. Así me conoces, soy respetuoso (lo típico).
—Mmm…en serio que a veces no entiendo por qué el afán de proponer algo que está fuera de mis objetivos o enseñarme cosas que no pido me sean mostradas, pero está bien, deja verte —le dije con la curiosidad y el miedo a flor de piel, a punto de salirme roña...
