
Y poco a poco nuestra paz ha sido acosada a toda hora y en cualquier día de la semana, incluso entradas ya las 20 o 21 horas hasta en los domingos, sin permitirnos desayunar, comer, cenar con tranquilidad, sentarte en el trono, ver con continuidad alguna película o programa por la televisión, simplemente conversar o...hacer el amor sin esta clase de interrupciones:
“Le estamos llamando para ofrecerle los beneficios de un seguro de, bla bla bla”
“Buenos días señora, ¿cuenta usted con servicios funerarios? Porque nosotros estamos ofreciendo, bla bla bla bla.
“¿Nos podría dar unos minutos de su tiempo para una encuesta que estamos llevando a cabo sobre los alimentos que usted consume en fin de semana? No vamos a quitarle mucho tiempo, solamente queremos ofrecerle unos cupones de descuento, bla bla bla bla…”
“Grupo financiero ****le comunica a usted que ha sido la elegida para gozar de los beneficios de nuestra tarjeta de crédito que a pocos intereses y con mensualidades muy accesibles, bla bla bla bla…
“¡Hola, María! Ha salido ganadora de un fin de semana en los departamentos compartidos en bla bla bla bla… (Hasta mi nombre se sabían).
La cosa no ha empeorado, no porque ya no se pueda abusar más de nosotros, sino porque no han encontrado la forma, ya vendrá algún otro pendejo a dar mejores y más avanzadas ideas de cómo joder más al ciudadano consumidor; ojalá me equivoque, pero a como vamos si no protestamos a tiempo y reclamamos nuestros derechos con autoridad, sí digo bien, CON AUTORIDAD (o sea, ¡con huevos!), pronto tendremos en nuestros celulares lo mismo y estremos contestando llamadas imprudentes en una reunión, en un entierro, en una boda o en una sala de emergencias de algún hospital, para seguir ofreciéndonos las mismas pendejadas de toda la vida y cuando eso ya no sea suficiente, nos veremos perseguidos en los cines, iglesias, en los paseos, para jincarnos “a huevo” lo que están ofertando.
“Buenos días señora, ¿cuenta usted con servicios funerarios? Porque nosotros estamos ofreciendo, bla bla bla bla.
“¿Nos podría dar unos minutos de su tiempo para una encuesta que estamos llevando a cabo sobre los alimentos que usted consume en fin de semana? No vamos a quitarle mucho tiempo, solamente queremos ofrecerle unos cupones de descuento, bla bla bla bla…”
“Grupo financiero ****le comunica a usted que ha sido la elegida para gozar de los beneficios de nuestra tarjeta de crédito que a pocos intereses y con mensualidades muy accesibles, bla bla bla bla…
“¡Hola, María! Ha salido ganadora de un fin de semana en los departamentos compartidos en bla bla bla bla… (Hasta mi nombre se sabían).
La cosa no ha empeorado, no porque ya no se pueda abusar más de nosotros, sino porque no han encontrado la forma, ya vendrá algún otro pendejo a dar mejores y más avanzadas ideas de cómo joder más al ciudadano consumidor; ojalá me equivoque, pero a como vamos si no protestamos a tiempo y reclamamos nuestros derechos con autoridad, sí digo bien, CON AUTORIDAD (o sea, ¡con huevos!), pronto tendremos en nuestros celulares lo mismo y estremos contestando llamadas imprudentes en una reunión, en un entierro, en una boda o en una sala de emergencias de algún hospital, para seguir ofreciéndonos las mismas pendejadas de toda la vida y cuando eso ya no sea suficiente, nos veremos perseguidos en los cines, iglesias, en los paseos, para jincarnos “a huevo” lo que están ofertando.
(coninuará)